El misterio, esa sensación de querer entender, descubrir, de comprender lo inexplicable, quien no los tiene o los tuvo en su vida?
Fascinante verdad?
Los investigadores científicos, dedican su vida entera en descubrir formulas en la rama de la medicina para mejorar la salud del ser humano, los arqueólogos a través de sus descubrimientos a entender a la raza humana, encontrando continentes perdidos…y en todos los ámbitos de la vida del hombre existen los misterios, algunos develados y otros jamás. Enigmas, realidades que no vemos.
Entre todos los misterios que nos rodean, existe uno en particular, que nada tiene que ver con la medicina, la arqueología, las ciencias ocultas, ovnis, parapsicología, miedo, terror o lo que pueda decirse que es misterioso. Tiene que ver con un sentimiento que todos expresamos y lo relacionamos con el corazón. El amor. Sentimiento misterioso, capaz de transformarnos; algunas veces cuando es pasional a destruirnos, pero siempre como motor, conduciéndonos a la luz o a las sombras.
Es un misterio el amor…
Porque lo sentimos hacia alguien en especial??? Que nos ebulle la sangre, nos quita el sueño, nos conduce a lugares mágicos y nos lleva a escuchar lindas melodías aunque estas solo existen para quienes lo sienten…
Aunque sea un tema de afinidad entre dos personas, de ‘’química’’ dirían algunos, y relacionado al afecto, al apego, es especialmente difícil de explicar. Un enorme misterio! y aunque en toda su extensión el amor sea un sentimiento inefable y pueda ser de varias maneras, en el está depositado la supervivencia del ser humano y de la especie. Nuestras vidas dependiendo de un misterio…
Pero créanme, a todos nos ocurre, que si amar es un misterio, y dejar de amar, la develación o explicación del mismo, preferimos el maravilloso misterio con el gordito querubín ‘’Cupido’’ y su lanza haciendo de las suyas, a la realidad o verdad que explica los misterios del ‘’misterio’’.