jueves, 17 de febrero de 2011

Querido Misterio…

El misterio, esa sensación de querer entender, descubrir, de comprender lo inexplicable, quien no los tiene o los tuvo en su vida?
Fascinante verdad?
Los investigadores científicos, dedican su vida entera en descubrir formulas en la rama de la medicina para mejorar la salud del ser humano, los arqueólogos a través de sus descubrimientos a entender a la raza humana, encontrando continentes perdidos…y en todos los ámbitos de la vida del hombre existen los misterios, algunos develados y otros jamás. Enigmas, realidades que no vemos.
Entre todos los misterios que nos rodean, existe uno en particular, que nada tiene que ver con la medicina, la arqueología, las ciencias ocultas, ovnis, parapsicología, miedo, terror o lo que pueda decirse que es misterioso. Tiene que ver con un sentimiento que todos expresamos y lo relacionamos con el corazón. El amor. Sentimiento misterioso, capaz de transformarnos; algunas veces cuando es pasional a destruirnos, pero siempre como motor, conduciéndonos a la luz o a las sombras.
Es un misterio el amor…
Porque lo sentimos hacia alguien en especial??? Que nos ebulle la sangre, nos quita el sueño, nos conduce a lugares mágicos y nos lleva a escuchar lindas melodías aunque estas solo existen para quienes lo sienten…
Aunque sea un tema de afinidad entre dos personas, de ‘’química’’ dirían algunos, y relacionado al afecto, al apego, es especialmente difícil de explicar. Un enorme misterio! y aunque en toda su extensión el amor sea un sentimiento inefable y pueda ser de varias maneras, en el está depositado la supervivencia del ser humano y de la especie. Nuestras vidas dependiendo de un misterio…
Pero créanme, a todos nos ocurre, que si amar es un misterio, y dejar de amar, la develación o explicación del mismo, preferimos el maravilloso misterio con el gordito querubín ‘’Cupido’’ y su lanza haciendo de las suyas, a la realidad o verdad que explica los misterios del ‘’misterio’’.

Kuñarendy’i ha Avarendyjú

Entre los majestuosos cerros del Amambay, se yergue imponente el denominado Itá Guazú, templo sagrado de la etnia Pai Tavyterá, donde pareciera que Dios, con toda su omnipotencia, coloco su mejor pincelada de color y belleza, regalándonos así las imágenes que a diario vemos al viajar por la Ruta V,sin imaginarnos, que adentrándonos por un arenoso camino donde se levanta el símbolo de fortaleza de esa comunidad indígena, el Cerro Aku’a, se llega al lugar donde el mundo y la naturaleza nos muestran lo mejor que tienen: nuestra identidad.
Celia o Kuñarendy’i (nombre indio que significa “la que brilla menos”) es la indígena que al verme, y con el recelo propio de quien no conoce lo que ve, de a poco se acerco, como adivinándome…hasta que en su rostro vi la alegría dibujándose, amplia y verdadera…la besé, y sentí su aroma, era la naturaleza diciéndome con ella: aquí estoy! La alegría que sentí fue incomparable…
Experimente varias sensaciones, y la mas fuerte fue de admiración, al ver el trabajo que hacen, los colores que descubren para sus pigmentos en el propio bosque, sus ganas de mostrar lo que hacen y seguir emprendiendo…
Por su lado Leónido Benítez o Avarendyjú (hijo de cacique, según su traducción), me dio la bienvenida en lengua “Pai”, con el porongo, lustrado con el Karu’e, semilla con la cual le dan lustre a toda su artesanía. Estuve en el cielo por unas horas…
Ellos que son nuestra verdadera identidad, viven en serio y enfrentado desafíos…superándolos día a día, sin cuestionarse mucho, muchas cosas…hábiles de cuerpo y alma y con el amor estampado en sus rostros, curtidos por el sol, que en ese lugar nos regala sus mejores destellos.
Estuve en el cielo por espacio de unas horas, con el hijo del cacique y la que brilla menos bridándome su amor, con el cerro Itá Guazú como testigo…

Duendes

Estas pequeñas creaturas de la mitología Celta y Nórdicas, a quienes se le atribuyen talentos, capacidades y magias en cuentos celebres e historietas infantiles, increíblemente en la vida de muchos que conozco son protagonistas ocultos. Estos pequeños seres están clasificados en buenos y malos, bellos y feos con más o menos poder…se aparecen y desaparecen!!!
Dicen que nosotros los seres humanos, reales de carne y hueso, tenemos aunque sea uno de ellos, buenos o malos, en nuestras vidas. Ellos se encargan de escondernos cosas, o de hacernos encontrar, de indicarnos ventajas o hacernos fracasar, de mostrarnos al amor, que en compañía de “Cupido”, el ángel querubín , con un flechazo, nos deja para la vida entera, prendados de alguien, sin poder echarnos atrás.
En la interminable búsqueda de la felicidad, paralelamente a nuestra fé, la gran mayoría de los seres humanos creemos en estos “sortilegios”, por así llamarlos, que hacen que nuestra vida sea mas amena, sin tomar tan en serio las grandes dificultades, a las que estamos sometidos.
Es así que desde tiempos remotos las historias de estos pequeños personajes hacen y hasta hoy día parte de la diversión de muchos niños y de algunos adultos también…
Yo tengo mi duende, lindo, bueno y con muchísimos poderes, y lo descubrí en mi espacio terrestre hace mucho tiempo, cuando mi única responsabilidad era ser feliz…responsabilidad esta con la que mi inoxidable corazón, pocas veces falló, y hasta hoy, que a veces cuando no lo encuentro, apelo a muchas cosas hasta salirme con la mía…al final mi duende me escucha!
El, en susurrada confidencia, me contó que para ser feliz, no hay que sufrir…entienden esta paradoja tan utilizada por muchos? Que no tenemos que renunciar a nada de lo que creemos nos hará alcanzar la meta, la tan ansiada; aunque por ahí comenten que la felicidad es transito, no destino.
Mi duende también me dijo bajito, que no son las cosas las que nos hacen felices y si las personas, aquellas en quienes encontras un vínculo imaginario, un cómplice, una mirada o solo el sonido imperceptible de un suspiro…ustedes los mortales-me dijo- lo llaman amor, pero es una palabra que los poetas se quitaron de debajo de la manga para idealizar impulsos que nada tienen que ver con el corazón y si con los sentimientos, que no es palpable pero está allí. Se es feliz amando y sintiendo.
Mi duende, no me abandona…y a tu duende, lo conoces??? Búscalo, que cuando lo encuentres, podrá guiarte como lo hizo conmigo. No te pierdas de la gran aventura de ser feliz…tiene obstáculos, pero tu duende te allanará el camino. Si no lo encuentras, por lo menos no desistas de buscarlo…
Tu duende…existe!!!


viernes, 11 de febrero de 2011

TU AMOR...MI AMOR...

  
El amor, apasionado tema que tiene hasta su día, su aroma, su sentir y consecuencias.
Reinos enteros han sucumbido por este sin igual sentimiento y otros se han levantado con EL, como único ‘’ingrediente’’. Porque mueve tu vida, mi vida y la de todos los que con el corazón como estandarte, consiguen sentirlo. Porque es un solo sentimiento.
Es por eso, que te contaré de tu amor y el mío…
Tu amor, no tiene límites, puede levitar sobre las nubes y transportarse por el firmamento llegando a lugares recónditos adónde la fantasía lo lleve.
Mi amor también…
Tu amor es prisionero de una mirada, de un suspiro, de un susurro.
Mi amor también…
Tu amor es inquilino de la locura, enemigo de la cordura, y anfitrión del corazón.
Mi amor también…
Tu amor no tiene edad, puede magistralmente peinar canas, e impulsivamente sudar juventud.
Mi amor también…
Tu amor sangra en silencio a veces por las penas, y sientes el sabor salado de las lágrimas bañando tu rostro sin poder contenerlas.
Mi amor también…
Y es tu amor el que con el simple roce de unos labios se transforma y hecha a correr por los caminos de la fantasía sin control, y como un volcán en erupción estalla y se deja llevar, sin conjuros, sin máscaras, sin sortilegios, sin miedos, sin vergüenza, sin reparos y sin límites. Solo amando.
Mi amor también…
Y en esta infinita descripción de tu amor y el mío que es también el sentir de todos, finalmente es lo que convierte al mundo en un lugar mejor. Un lugar donde diseñar rojos corazones flechados simboliza la energía más fuerte que conocemos, la única positiva.
Tu amor y el mío…

miércoles, 2 de febrero de 2011

KIAS´Á

Es en lengua Maká el nombre de mi protagonista, que estoicamente sentada en el suelo, con una pequeña manta de colores sirviéndole como protección de la tierra se gana el sustento, haciendo collares, pulseras y bolsos, todos hechos con semillas y fibras que encuentra en la naturaleza. Que todavía la naturaleza le da…

Me conto que se llama Estela, que es su nombre paraguayo!!!???, o sea, tristemente no se siente paraguaya…y que su nombre indio Kias’á, significa vida. Le pregunté si sabia lo que significaba su nombre “paraguayo “y me dijo que no, le respondí que Estela significaba rayo de luz…a lo que deslumbrada me respondió con una amplia sonrisa. Ella, Kias’á, la mas autóctona representante de nuestra raza, me hizo sentir en la piel lo que es vivir realmente con dignidad, como una verdadera MUJER, si con letras mayúsculas y sin “efectos especiales”, cumpliendo con el rol mas sublime que tenemos las mujeres, que es el de ser madres…

Amamantado a su pequeño, sin prisas, dejándolo saciarse del milagroso liquido que podemos producir las mujeres después de parir a nuestros hijos…

En cuanto eso, cada 12 de octubre festejamos y tímidamente ya el Día de la raza, o de la Hispanidad, o del Indio como antes lo decíamos, sin saber a ciencia cierta lo que celebrábamos, y me arriesgo a afirmar que hasta ahora no lo dimensionamos.

Sentada al lado de Kias’á, me informé de lo que estaba comprando, una pulsera y un collar hechos de semilla de cebada, que al decir de ella, significan  prosperidad y fertilidad. Jugando le dije que solo me gustaba la prosperidad, a lo que con rostro serio me respondió que con eso no se jugaba, pues la fertilidad es el conducto para dar vida, y que la vida es lo mas precioso que tenemos los seres humanos. Sabias palabras las de mi protagonista…

En este tiempo, en donde el respeto por la vida, ya no significa nada, donde matar es lo mismo que ir de compras, y ver morir lo mismo que asistir a un espectáculo de circo, no pude menos que preguntarme…Tendrá Kias’á la formula del respeto a la vida, o es que nosotros no aprendimos nunca a hacerlo?!

Kias’á, me enseño, en ese corto tiempo, como se ama en serio, así como debería ser, INTENSAMENTE Y SIN AHORRAR VIDA!!!